Descorazonada y loca, de hielo se volvió.
La luz de la luna la adoraba y jámas la abandonaba.
A pesar de la oscuridad, poco a poco, una luz encendió.
La llama en su corazón renació.
Y las flamas bailaron lento durante mucho tiempo.
Ella, un pájaro retomando vuelo.
La libertad se convertía en realidad.
Ella comenzó a ver la luz,
pues había vivido con las sombras,
y las sombras eran parte de ella.
Ahora reía a carcajadas de gracias y desgracias.
Y volvió a vivir en un cuento de hadas...
Porque sin tristeza no hay felicidad.