Mas de una vez, antes de salir de la ducha, abro el agua fría. Durante esos dos minutos el corazón me late mas fuerte y rápido, puedo sentir como todo mi cuerpo cambia de temperatura. Es una sensación rara, distinta, que incomoda pero satisface a la vez.
Cuando tu vida esta rodeada de personas que queres, que amas y mucho, pero sos un rebelde sin causa y demostrar tus sentimientos es similar a una película de misión imposible, cuando por fin las ganas de demostrar todo eso que sentís invade tu cuerpo, la sensación, es muy parecida a una ducha de agua fría.
Conocer a alguien es fácil, el problema es cuando esa persona que conociste causo algo en vos, y todo eso que armaste, esa fantástica impresión hay que deshacerla, empezar a entrar en cada punto de lo desconocido, desarmar lo fantástico y meterse en lo profundo. Al fin y al cabo, creo que un poco de todo eso significa amar.
Para alguien que escribe, el desenlace es similar a un suspiro de relajación, algo difícil en el proceso de amar, pero gracias a distintos factores, (casi) siempre puede lograrse.
Ese proceso de amar muchas veces se nos hace difícil, entrar al barro es fácil, lo difícil es salir. Los procesos son largos, llevan su tiempo.
La primera vez que aprendí sobre esto fue cuando empecé a correr, sabia que no iba a durar mas de 10 minutos seguidos, en un momento (y por suerte) deje de sentir las piernas, el dolor, y todo eso que conlleva hacer ejercicio, pero surgió una energía nueva, no sé de donde sale, pero por inercia del movimiento, te impulsa a seguir, con ganas y fuerza, hasta llegar a la meta. Esa energía que nace te ayuda a pasar el peor momento y te dice "No te descarriles, vas bien"
La segunda vez fue viendo Greys Anatomy llego un momento, casi al final de la serie, en el cual se volvió tan monótona que me aburrí y enojada jure no volver a verla. Al poco tiempo y luego de darme cuenta que las otras series no eran de mi agrado, volví a mi gran primer amor si de series hablamos, porque de por si según mi parecer, dejar las cosas sin terminar esta mal.
La tercera vez fue cocinando. Mi objetivo era aprender a hacer macarons. La masa es muy delicada, suave y muy difícil de lograr. Son incontables las veces que quedaron crudos, o duros como una piedra. Mas de una vez, sin lograr que los ingredientes se unan, decidía tirar la mezcla, pero con paciencia, al seguir amasando, la masa iba tomando forma y lograba la textura indicada. Una de las veces que mas ricos me salieron fue cuando mas paciencia, esmero y amor puse durante el proceso.
Desde entonces y por estas razones, se que amar es seguir, y que seguir es amar.
Se que prefiero seguir, ver el resultado, llegar cansada, que al día siguiente me duela cada músculo del cuerpo, pero haber entrenado toda la hora, se que prefiero y elijo ver una historia que me gusta y comerme el macaron quemado si así salio, pero no tirar la mezcla.
Que amar es enfriarse un poco, tener paciencia, ganas de hacer y ganas de querer.
Pero por sobre todo, para alguien que escribe, si de amar hablamos se que al final del proceso, en el desenlace, el sentimiento es similar a un suspiro de relajación, a un suspiro de paz.
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