lunes, 8 de junio de 2015

La ola

Siempre fui del sol, el verano, la playa, el mar, las olas. Y que con esto no les resuene el zucum-dum, zucum-dum porque si hay algo que no tengo es el cursilerio del zucum-dum.
Siempre fui independiente, como una ola, que nace sola y crece diferente de las demás, no por rara, ni por grande o chiquita, simplemente siendo distinta. Aparecia en el medio del mar, mientras todo estaba quieto, tranquilo como una pileta, creciendo alto, revolucionandome y avanzando, haciendome más fuerte, cambiando de forma, volando.
Pero no estaba volando, estaba dando un giro, dando vueltas, hasta que caí, y me rompí, como una ola, que estalla, sacando todo lo que tiene adentro, desarmandose, para nunca más volver a ser la misma.
Vamos y venimos, subimos y bajamos, como una ola, como la vida. Puede que seamos una ola rápida, pasajera, pero que pega fuerte y te arrastra hasta la orilla, de esas que te terminan lastimando y dejandote semi desnuda, o podemos ser una ola chiquita, lenta, de esas que disfrutan el trayecto, y te terminan salvando, porque vos querias salir del mar y esa te dio el empujón que necesitabas.
Somos agua, cientificamente nuestro cuerpo esta compuesto 70% por agua. Sin agua nos morimos, sin formas no existimos, sin vueltas estamos paralizados.
Mi escencia esta constituida por agua y mi condición de ola es una forma temporaria en la que mi ser (agua) se manifiesta, por lo tanto cuando yo termine como ola, va a terminar una forma, no mi escencia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario